Teoría Generada


La enseñanza como un posible paradigma ecosófico [1]
DI Laura Nieves

Durante la primera parte del SXX se afianzo la idea de progreso material sobre la naturaleza, el control, la manipulación y la modificación del entorno.
Construir es hacer, es proyectar y ejecutar. A lo largo de la historia el Ser Humano se dedicó a construir todo aquello que forma parte de lo que llamamos civilización, mientras que progresivamente fue destruyendo otras comunidades de seres humanos, animales y vegetales, hasta llegar al estado  actual de incertidumbre, donde se siguen manteniendo aquellas prácticas de dominación sin reflexionar sobre las consecuencias que esta actitud podría depararnos. Seguimos actuando dentro de modelos que nos atrasan como mínimo 50 años, en el auge del consumismo, la acumulación y el individualismo. 

Hay una incipiente toma de conciencia sobre el peligro que estas prácticas significan para el entorno natural de nuestra humanidad. Sin embargo, las sociedades se limitan a abordar el campo de la “contaminación industrial” desde una perspectiva tecnocrática, en vez de abordarlo desde una articulación ético-política, que no solo involucre a los eslabones/operadores de poder, sino por sobre todo a aquellos que están en posición de intervenir sobre las instancias psíquicas individuales y colectivas (a través de la educación, la salud, la cultura, el arte, etc).
Deconstruir conocimientos y actitudes estancas debería ser nuestra premisa como docentes, para poder construir un nuevo paradigma, nuevos sistemas de pensamiento y de acción flexibles y adaptables a esta Nueva Era, signada entre otras cosas por un estado de emergencia ecológica.

Las tres ecologías
Es en este contexto donde con su escrito “Les trois écologies”(1989) el filósofo Felix Guattarí [2] define la Eco-sofía como “los tres registros ecológicos, el del medio ambiente, el de las relaciones sociales y el de la subjetividad humana” buscando saber “de qué forma se va a vivir de aquí en adelante sobre este planeta”.[3]
“La verdadera respuesta a la crisis ecológica sólo podrá hacerse a escala planetaria y a condición de que se realice una auténtica revolución política, social y cultural que reoriente los objetivos de la producción de los bienes materiales e inmateriales. Así pues, esta revolución no sólo deberá concernir a las relaciones de fuerzas visibles a gran escala, sino también a los campos moleculares de sensibilidad, de inteligencia y de deseo.”[4]
Tenemos que buscar crear herramientas que aporten a una producción de subjetividad en el sentido de “resingularización” individual y/o colectiva. Que rompan con la masificación y pasividad en la cual nos encontramos inmersos como sociedad, resultado de las transformaciones técnico-científicas.
La Eco-sofía, es una manera de pensar y de actuar que “supera nuestro antropocentrismo para vivir en concordancia con la naturaleza. Gracias a esta filosofía nos daremos cuenta que pueden contaminar más nuestras palabras y pensamientos que la basura que generamos.” Nuestras palabras siguen polucionando nuestro ecosistema simbólico, modificando nuestra sensibilidad y nuestra relación con la verdad.

Estos tres registros eco-sóficos son complementarios.
- La ecosofía social apuntará en desarrollar prácticas especificas que tiendan a modificar, a reconstruir y a reinventar el conjunto de las modalidades del “ser-en-grupo”. Trabajará en la reconstrucción de las relaciones humanas a todos los niveles de la sociedad, cultivando el disenso y la producción singular de la existencia.(En contraposición al consenso que invoca la subjetividad capitalista).
- La ecosofía mental intentará reinventar la relación del sujeto con el cuerpo, buscando antídotos a la uniformización y masificación en la cual está inmerso.
- La ecosofía medioambiental nos plantea que cada vez más el equilibrio natural incumbe a las intervenciones humanas del medio ambiente, al punto de que puede ser reinventado como posible salida a la crisis.

“El principio común a las tres ecologías consiste, pues, en que los Territorios existenciales a los que nos confrontan no se presentan como en-sí, cerrados sobre sí mismos, sino como un para-sí precario, acabado, finitizado, singular, singularizado, capaz de bifurcarse, en reiteraciones estratificadas y mortíferas o en apertura procesual a partir de praxis que permiten hacerlo «habitable» por un proyecto humano.”[5]

Reinventar las acciones
La exacerbación de la producción de bienes materiales e inmateriales en nuestra época contemporánea, juega en contra de estos “Territorios existenciales” individuales y de grupo, provocando un inmenso vacío en la subjetividad. Tenemos que reinventar nuevas prácticas, como nuevas herramientas para las formaciones del inconsciente. El ámbito educativo es el espacio para el desarrollo de estas nuevas prácticas.

“Esta reconstrucción no depende tanto de reformas desde arriba, leyes, decretos, programas burocráticos, como de la promoción de prácticas innovadoras, la proliferación de experiencias alternativas, centradas en el respeto de la singularidad y en un trabajo permanente de producción de subjetividad, que se autonomicen al articularse convenientemente con el resto de la sociedad.”

La Naturaleza y la Cultura no pueden separarse, por lo que hay que pensar “transversalmente” la interacción entre ambos universos. Para ello desde nuestro lugar como docentes, empleamos prácticas de experimentación “procesuales” que nos permitan “despertar” las subjetividades.
En el transcurso de este proyecto de investigación, se desarrollaron diversas experiencias relacionadas con el uso y re-uso de residuos industriales, tomando a los mismos como punto de partida para la reflexión sobre la materialidad y sus posibilidades para el desarrollo de la región.
madera]+[4, del residuo industrial al diseño de nuevos materiales” – Workshop de formación para estudiantes de la FAyD de la UNAM - 2012
“Materialidades y Significaciones en la región de Misiones” - Experiencia del TP n°4 de Morfología 2 con experimentación de materiales – 2014
“Sombras de encuentro” trabajo práctico nro 5. Taller de diseño 1 (primer año Diseño Industrial), experimentación con botellas de pet resultantes de la recolección en Obera- 2014

La investigación y experimentación con residuos industriales, no solo busca un beneficio económico en las empresas de la región. Sobre todo busca un cambio de conducta, que implica una re-educación de las conciencias. Tomar como objetivo de las prácticas educativas únicamente la reducción de los residuos, es solo atacar una de las consecuencias del problema y no la causa.
El rol del diseñador en este cambio de paradigma es vital, acompañando un mundo en crecimiento y ejerciendo una función comunitaria de gran incidencia social. Detectando las posibilidades de cambio que permite la tecnología y las herramientas existentes en la región. Utilizando a los materiales como vehículos de desarrollo de este cambio.

Referencias:
Déotte, Jean Louis, La época de los aparatos, AH editora, 2013
Guattarí, Felix, Les trois écologies, Galilée, Paris, 1989
Mcdonough, William y Braungart, Michael .s.a. Mcgraw-hill, Cradle to Cradle = de la cuna a la cuna: rediseñando la forma en que hacemos las cosas,  Interamericana de España, 1a edición, 2005

[1] La Ecosofia es una corriente que, dentro de la ecología y a fines del siglo XX, rebasa la posición antropocéntrica del movimiento ecológico, involucrando su dimensión espiritual y global. Ve también la necesidad de tomar medidas no sólo para la protección del medio ambiente, sino de impulsar un cambio profundo de la visión del mundo, que retorne a los principios universales.
[2] Guattarí, Felix, Les trois écologies, Galilée, Paris, 1989
[3] Guattarí, Felix, op. cit.
[4] Guattarí, Felix, op. cit.
[5] Guattarí, Felix, op. cit.



Nueva vida para los residuos industriales: La refuncionalización de objetos y materiales
DI Pablo Bianchi

El desarrollo sustentable es aquel que atiende las necesidades del presente, sin comprometer la posibilidad de que las generaciones futuras atiendan sus propias necesidades, según la ya clásica definición incluida en “Our common future” (World Commission on Environment and Development, 1987) . El diseño sustentable sería, entonces, el abordaje a esa problemática desde el diseño industrial como disciplina. Sin embargo, esta definición, aunque útil, no deja de hacer foco en lo ambiental, dejando de lado facetas imprescindibles de la sustentabilidad: la económica y la social, esenciales si consideramos nuestra realidad local.

Por supuesto, incluso si privilegiáramos lo ambiental, la problemática del desarrollo sustentable dista de ser sencilla. Esto ocurre gracias a dos enormes condicionantes que la sobrevuelan: Por un lado, la inabarcable escala del problema. Y por otro, su extrema complejidad, donde se involucran parámetros contradictorios que impiden establecer un paradigma claro. A pesar de lo dicho, estas condiciones nos permiten describir el problema, aunque no encontrar una solución. Y si esto sucede es porque el mismo está tan profundamente enquistado en el corazón mismo del sistema de producción capitalista que hace que toda solución sea inevitablemente parcial. Y es que “hoy ya nadie considera seriamente alternativas posibles al capitalismo, mientras que la imaginación popular es perseguida por las visiones del inminente “colapso de la naturaleza”, del cese de toda la vida en la Tierra: parece más fácil  imaginar el “fin del Mundo” que un cambio mucho más modesto en el modo de producción, como si el capitalismo liberal fuera lo “real” que de algún modo sobrevivirá, incluso bajo una catástrofe ecológica global” (Zizek, 2003).

Por supuesto, el diagnóstico anterior no propende a la inacción. Por el contrario, sugiere ampliar la mirada para buscar, en aquellas grietas que el sistema posee, espacios para introducir cuñas a partir de las cuáles puedan implementarse estrategias de gestión de proyectos y desarrollo de productos más apropiadas e inteligentes, que den desde el diseño respuestas innovadoras a esta problemática.

Sobre la refuncionalización
Para definir correctamente que significa refuncionalizar, haremos algunas puntualizaciones. Si en el reciclaje el material que compone al objeto se vuelve a utilizar, luego de ser transformado nuevamente en materia prima (con los elevados consumos de energía necesarios para lograr dicho pasaje; y con la necesidad de recurrir a tecnologías muy específicas y en extremo complejas, y por ende costosas); y en el reuso el objeto se vuelve a usar respetando su función original; en la refuncionalización los objetos o materiales se transforman en otros que cumple una función distinta a la original. Específicamente nos interesa enfocarnos en aquellos elementos que sean residuos de procesos industriales, ya que, por su volumen, su ubicuidad y su precio, se transforman en la materia prima perfecta para esta estrategia.

Desde lo proyectual, refuncionalizar implica aplicar las incumbencias específicas del diseño industrial, lo que permite introducir nuevos enfoques con las herramientas propias de la disciplina. Los productos basados en estrategias de refuncionalización implican una mirada particular sobre la problemática del diseño de objetos, y generan interés en el receptor, probablemente, debido al ingenio que se revela detrás de esta operación. Esta mirada no es propia del diseño exclusivamente, ya que cuenta con antecedentes diversos que incluyen tanto la experiencia artística como los saberes populares.

Desde lo económico, refuncionalizar permite poner valor donde hoy no existe, utilizando los recursos (económicos, energéticos y materiales) generados por las unidades productivas en favor de estos emprendimientos, aprovechando de manera positiva los recursos que habitualmente se malgastan. Esto permite establecer márgenes de contribución muy elevados, incluso en proyectos de mano de obra intensiva, a partir del muy bajo costo de la materia prima. Por lo tanto, el concepto de valor agregado que encarna el diseño es central aquí.

Desde lo social, refuncionalizar permite contar con materiales u objetos que, por ser residuos de otros procesos, casi carecen de valor de mercado; para proyectar a partir de ellos. Esta visión, que se enuncia teniendo como objetivo el desarrollo de emprendimientos productivos sustentables, implica minimizar las inversiones necesarias para implementarlos, y maximizar los ingresos de los integrantes de los emprendimientos (especialmente si se plantean a partir de cooperativas).

Finalmente, desde lo ambiental, al refuncionalizar se incide sobre el elemento más tangible de toda la cadena productiva: el residuo. Más de la mitad del total de la basura corresponde a la que se genera durante los procesos industriales de producción. La disposición final de la mismas es, ambientalmente, un problema central, ya que las acciones habituales en nuestro medio son altamente perniciosas. Por ende, concientizar sobre la reducción del monto de estos residuos, y reducirlos efectivamente aunque sea en pequeña escala sigue siendo una propuesta deseable.

La decisión de poner en valor esta estrategia proyectual se ve confirmada por el análisis de la práctica profesional de los diseñadores de diversas latitudes; y por el trabajo conjunto con alumnos en diversas unidades académicas que confirmaron su potencial. Los resultados obtenidos en estas experiencias nos permitieron detectar las oportunidades existentes para aquellos emprendimientos basados en estas estrategias. Los mismos son herramientas del desarrollo sustentable, entendiendo, como ya ha quedado claro, a la sustentabilidad no sólo en su aspecto ambiental sino, y muy especialmente, en sus aspectos económico y social.

Breves antecedentes sobre la refuncionalización
El diseño industrial como disciplina ha revisado seriamente su responsabilidad sobre la problemática de la sustentabilidad, yendo más allá incluso de los alcances de su propia práctica. Además de los aportes actuales, el diseño cuenta con muy amplios antecedentes de su compromiso con el desarrollo sustentable. Abordajes interesante pueden verse en el trabajo señero de Victor Papanek  (Papanek, 1971) , que puso en valor esta problemática desde los años 70’s del siglo pasado. Tomás Maldonado, probablemente el teórico más relevante del Diseño Industrial en su historia, también señaló el impacto antrópico sobre el ecosistema global en su seminal “Hacia una racionalidad ecológica” (Maldonado, 1999).
En la actualidad, se cuentan con herramientas de análisis y prospectiva válidas, como es el caso de la “rueda estratégica para el diseño medioambiental” o “rueda del ecodiseño”, surgida de las investigaciones desarrolladas en la universidad de Delft, Holanda (van Hemel , 1998). Podemos determinar también ciertos ecoindicadores (huellas de carbono o huellas hídricas, por ejemplo) que permiten estimar con relativa precisión el impacto que un producto tiene en el medioambiente, enfoques que devienen de herramientas que, como la “huella ecológica” (Wackernagel , 1994. Rees, Wackernagel, 1998) analizan el impacto del hombre en el medio en base al análisis de su forma de producción y consumo.

También que existen una gran cantidad de estrategias específicas relacionadas con el desarrollo sustentable de productos, buscando reducir el impacto de los mismos o de algunos de sus componentes desde la etapa de diseño e ingeniería, por ejemplo, el denominado “De la cuna a la cuna” (Mcdonough, Braungart, 2005) donde la totalidad del ciclo de vida del producto se resuelve de manera sustentable apelando a estrategias surgidas de analogías con los procesos naturales. Sin embargo, no es, ni mucho menos, la única. Por citar algunas, mencionaremos cero desechos, anti obsolescencia, biodegradabilidad, diseño para el desarmado, manufactura fría, producción de ciclo cerrado, diseño para la reciclabilidad, reducción del consumo de energía, reducción del consumo de agua, entre muchas otras, muchas de ellas concurrentes y/o complementarias (Fuad-Luke , 2006).

En cuanto a la refuncionalización específicamente, en el campo del diseño rescatamos el trabajo señero de los hermanos Castiglioni en la Italia de los 50´s. En la Argentina, Ricardo Blanco propuso enfoques de esta índole tanto en su trabajo profesional como académico, mientras que, más cerca en el tiempo, Alejandro Sarmiento generó una obra consistente apelando al uso de objetos refuncionalizados. Sin embargo, parte de la riqueza de esta mirada surge de que no es exclusiva del diseño. Cuenta, entre otros, con antecedentes en el campo del arte, con los ready made de Marcel Duchamp, o el trabajo sobre materiales industriales pobres propios del arte póvera como posibles referencias de este enfoque en la práctica artística. Pero, en especial, son de sumo interés las “experiencias proyectuales intuitivas” que surgen de los tanto de los saberes tradicionales cómo de la inventiva y el ingenio de múltiples individuos enfocados en resolver situaciones cotidianas generando nuevos productos a partir de elementos preexistentes diseñados para cumplir otras funciones. Estas refuncionalizaciones son muy habituales dónde donde los recursos disponibles son limitados, y se verifican especialmente en los sectores populares. Estos análisis de la cultura material de origen popular son puestos en valor profusamente en la actualidad. Adelia Borges hace foco en la relación entre el diseño y la artesanía brasileña; rescatando el uso de elementos materiales locales (Borges, 2011). Ernesto Oroza rescata los objetos creados por miles de anónimos ciudadanos cubanos durante las severísimas restricciones económicas del llamado “período especial en tiempos de paz” (surgido luego de la caída de la Unión Soviética en 1991) y enuncia en concepto de “desobediencia tecnológica” (Oroza, de Bossi, 2002); Martin Fisher desarrolla productos con su proyecto KickStart basados en la idea de “tecnologías apropiadas” que permiten que miles de personas, especialmente en África, puedan salir de la pobreza; o Beatriz Galán que, con el foco puesto en el diseño para el desarrollo le da “sentido proyectual” a la investigación-acción (Galán, 2011), en su cátedra de diseño industrial de la Universidad de Buenos Aires son sólo algunos ejemplos del revitalizado valor de estas prácticas.

Finalmente, volvemos a mencionar los trabajos que hemos desarrollado en ámbitos académicos, los cuales generaron parte del bagaje conceptual de esta mirada, (en especial, las experiencias realizadas en el taller de diseño 2, Cátedra Blanco, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires, Argentina, a partir de 2002, y en el taller de diseño 2, Cátedra Bianchi, Facultad de Artes y Diseño, Universidad Nacional de Misiones entre 2008 y la actualidad).

Hacia una metodología para la refuncionalización.
La experiencia desarrollada permitió generar un abordaje práctico que ayude a aquellos profesionales que quieran acercarse a estos enfoques. Para ello, se aislaron 10 variables del proceso proyectual que fueron consideradas significativas para generar el inicio de una metodología específica para la refuncionalización de objetos y materiales. La misma permite considerar, mediante un checklist, variables matéricas, tecnológicas, formales y semánticas de una manera muy sencilla y efectiva, pudiendo a partir de ella encarar el desarrollo de productos a partir de cualquier residuo, material u objeto previamente seleccionado.

Las 10 variables a considerar son las siguientes:
- Cualquier objeto o material puede refuncionalizarse si se lo somete a una mirada creativa. En nuestras experiencias, hemos refuncionalizado productos notablemente disímiles (desde restos de palos de escoba a repuestos de la industria automotriz, pasando por packagings de elementos muy diversos). Hemos comprobado que, más allá de las características del elemento del que se parte, se obtienen resultados de interés incluso con residuos considerados banales o inadecuados.
- El nuevo producto deberá adquirir valor agregado gracias a la intervención de diseño realizada. Este punto es muy relevante, ya que encarna la idea de sumar valor que el diseño propone per se. Por lo tanto, se busca maximizar el margen de contribución de los productos generados, ya que el objetivo es permitir desarrollar, a través de productos rentables, emprendimientos productivos sustentables.
- Se deberá considerar la “reproductibilidad” del producto diseñado. Esto es, no se propone necesariamente generar piezas únicas. Nuevamente, creemos que lo que importa es incidir positivamente sobre la realidad circundante en nuestros países, utilizando el potencial transformador del diseño. Por ello, nuestra visión de la refuncionalización no implica considerar solamente el costado simbólico de esta operación, y mucho menos reducirla a una práctica seudo artística. Considerar la serie, las condiciones para la reproductibilidad y generar nuestras propias normas de calidad nos deben llevar a reflexionar sobre el impacto de estas condiciones que suelen ser impuestas externamente. Debemos tenerlas en cuenta su buscamos expandir el potencial de estas prácticas, para poder, luego, exportar a mercados mayores, como los de los países centrales.
- No existirá un número mínimo ni máximo de componentes a utilizar, siempre y cuando los mismos generen un producto homogéneo y coherente. El diseño ha internalizado ciertos conceptos que hoy son considerados propios. La síntesis, la racionalidad, son valores intrínsecos a nuestra disciplina que deben hacerse presentes también en esta estrategia proyectual.
- Dado que los objetos o materiales a refuncionalizar tienen un costo sumamente reducido, podrán utilizarse de manera masiva. Una de las normas básicas del ecodiseño es minimizar los materiales a utilizar. En la refuncionalización ese concepto se revierte, ya que utilizar para el nuevo producto cantidades importantes de materiales evita que los mismos se transformen en basura, culminando su ciclo vital. Refuncionalizar los rescata de ese destino de ignominia.
- La mano de obra directa no es un inconveniente, sino una condición que hay que poner en valor. Generar en Latinoamérica emprendimientos productivos sustentables implica, necesariamente, generar trabajo digno. Refuncionalizar podría permitir la creación de unidades productivas de mano de obra intensiva, empoderando a los trabajadores y maximizando sus aportes al emprendimiento.
- Los elementos a refuncionalizar podrán sufrir modificaciones de cualquier índole (cortes, perforaciones etc. etc.) siempre y cuando dichas operaciones sean sencillas. Dichas piezas podrán incluso combinarse con otras. Hacemos hincapié en el uso de “tecnologías adecuadas” para “completar” el producto. El uso ingenioso de los recursos materiales disponibles es, a nuestro juicio, el rasgo de identidad más relevante del diseño Latinoamericano, lo que permite, en entornos materiales restrictivos como los de nuestra región, trascender esas dificultades. Ese criterio es el debe primar al refuncionalizar, especialmente, para evitar cargar de sobrecostos al producto.
- El o los productos refuncionalizados deberán ser parte central del nuevo producto (en cuanto a volumen, situaciones funcionales etc. etc.). La refuncionalización debe ser una operación proyectual honesta. Un producto cargado de materia prima vírgen, que utiliza  procesos complejos y demandantes de energía no puede ser considerado como refuncionalizado sólo por usar una pequeña porción de material recuperado. Debemos evitar que estrategias como la nuestra se confundan con ejercicios de “green washing” de poco valor conceptual.
- Ya que la o las piezas elegidas formarán parte del nuevo producto, deberá tenerse en cuenta su valor estético y funcional que las mismas le conferirán al objeto resultante. La refuncionalización implica la puesta en práctica de una “mirada de diseño” que permite encontrar valor situaciones materiales a priori pobres. Aquí, el diseñador debe aguzar el ingenio para poder percibir qué variables presentes en el objeto (o residuo) original serán determinantes para la calidad del objeto refuncionalizado. 
- El objeto refuncionalizado podrá presentar piezas diseñadas específicamente, como así también piezas de carácter standard que sirvan para completar al producto (p. ej. tornillos). En este punto, es necesario aclarar que refuncionalizar no implica un “tour de force” material. No es imprescindible que el producto esté resuelto en su totalidad con elementos refuncionalizados. Por el contrario, el contraste con algún elemento diseñado ad hoc puede potenciar la calidad del producto, mientras resuelve situaciones funcionales presentes en el mismo.

La Refuncionalización como práctica proyectual sustentable
El objetivo detrás del análisis y la prospectiva sobre esta práctica nos permitió, (a partir del análisis de las 10 variables antedichas, que consideran aspectos materiales, tecnológicos, formales y culturales), poder encarar el desarrollo de productos a partir de cualquier residuo, material  u objeto previamente seleccionado. A partir de estos lineamientos se puede ir perfilando una mirada que torne eficiente, racional, y especialmente, sustentable este particular enfoque proyectual, para, entonces, encontrar alternativas innovadoras, propendiendo a la formación de un pensamiento proyectual que pueda dar soluciones sistémicas y eficaces mientras promueve el desarrollo sustentable de la región. Para ello, creemos imprescindible potenciar la gestión como herramienta de diseño. El diseñador es el profesional idóneo para interactuar con los distintos actores que intervienen en toda cadena de valor, fortaleciendo cada eslabón de la misma a partir de su capacidad de articular interdisciplinariamente saberes de índole diversa.
Lo mencionado se condice con la siguiente premisa: Creemos firmemente en el potencial transformador del diseño. Los diseñadores, conscientes de la lógica del territorio local, en sus roles de gestores tecnológicos, de animadores culturales o de emprendedores , tienen la oportunidad de aplicar sus saberes para modificar positivamente la realidad circundante. Experiencias como ésta intentan generar las condiciones de posibilidad para que surjan nuevos casos, nuevos productos u objetos, nuevas unidades productivas en la región que tengan a la sustentabilidad como motor y una visión propia y original. Estos proyectos deben comenzar a cruzarse, a formar redes que permitan visibilizarlos y ponerlos en valor, para que puedan, así, generar riqueza, no ya entendida como acumulación. Si pensamos en economías poscapitalistas, “aquellos que sean capaces de crear formas de consumo autónomo, modelos mentales de reducción de la necesidad, modelos habitables a fin de compartir los recursos indispensables serán los verdaderos ricos del tiempo que viene” (Berardi, 2007). Estamos convencidos que esto permitiría cerrar un círculo virtuoso, donde, a partir de la investigación, se generan luego estrategias de transferencia que permitan que el diseño modifique efectivamente nuestra realidad.

Referencias
Berardi, Franco. 2007. Genaración post-alfa. Patologías e imaginarios en el semiocapitalismo. Buenos Aires : Tinta Limón.
Bianchi, Pablo. 2012  “Diseño argentino. ingenio e identidad” in Pul magazine, (Buenos Aires) No 7, diciembre, 2012.
Borges, Adélia. 2011. Design + artesanato: o caminho brasileiro. Sao Paulo : Editora Terceiro Nome.         
Fuad-Luke, Alastair. 2006. The eco-design handbook. Londres : Thames & Hudson Ed..
Galán, Beatriz (compiladora). 2011. Diseño, proyecto y desarrollo. Miradas del período 2007-2012 en Argentina y Latinoamérica. Buenos Aires : Wolkowicz editores.
Maldonado, Tomás. 1999. Hacia una racionalidad ecológica, Buenos Aires : Infinito,.
Mcdonough, William; Braungart, Michael. 2002. Cradle to cradle: Remaking the way we make things. New York : North Point Press.
Oroza, Ernesto;  de Bozzi, Penélope. 2002. Objets réinventés: La création populaire à Cuba. Paris: Éditions Alternatives
Papanek, Victor. 1971. Design for the Real World: Human Ecology and Social Change, New York : Pantheon Books .
Rees, Williams E; Wackernagel, Mathis. 1998. Our Ecological Footprint: Reducing Human Impact on the Earth. Gabriola Island : New Society Publishers.
van Hemel ,Carolien G. 1998. EcoDesign empirically explored - Design for Environment in Dutch small and medium sized enterprises, Delft : Delft University of Technology. Tesis de Doctorado
Wackernagel, Mathis. 1994. Ecological Footprint and Appropriated Carrying Capacity: A Tool for Planning Toward Sustainability. Vancouver: School of Community and Regional Planning , The University of British Columbia. Tesis de Doctorado
World Commission on Environment and Development. 1987. Our Common Future. New York : United Nations General Assembly.
Zizek, Slavoj. 2003. El espectro de la Ideología. En: S. Zizek (compilador) Ideología. Un mapa de la cuestión. Buenos Aires : Fondo de Cultura Económica.



Residuos Sólidos Industriales
Rossetti-Tartarini

En general, un residuo es cualquier producto en estado sólido, líquido o gaseoso procedente de un proceso de extracción, transformación o utilización, al que su propietario decide abandonar o desprenderse, debido a que carece de valor para él o ya no puede ser utilizado para el uso que fue adquirido o creado.(Mazzeo, 2012).
Para el caso de los Residuos Sólidos de origen industrial la definición es similar pero tiene en cuenta que los materiales, sustancias u objetos sobrantes corresponden a cualquier operación, actividad o proceso productivo tanto en sus procesos intermedios de producción o en su consumo final. (Pérez Gómez, 2010)
Dentro de los residuos industriales se pueden encontrar diferentes categorías según el efecto derivado del manejo. (Matinez, 2005):

Residuos peligrosos: son aquellos residuos que por su naturaleza son inherentemente peligrosos, pudiendo generar efectos adversos para la salud o el ambiente. Estos residuos serán motivo de un análisis minucioso que se desarrollará posteriormente.
Residuos peligrosos no reactivos: son residuos peligrosos que han sufrido algún tipo de tratamiento por medio del cual han perdido su naturaleza de peligrosos.
Residuos inertes: son los residuos que no experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas.
Residuos no peligrosos: son los que no pertenecen a ninguna de las tres categorías anteriores, residuos domésticos, los residuos de poda y los de barrido o aquellos que son industriales pero asimilables a los residuos domésticos por poseer características de los mismos (por ejemplo residuos de bolsas de envasado de yerba o cajas de té).
Los residuos trabajados dentro del proyecto, aquellos que por su ocurrencia o cantidad y características cumplían con los requisitos de los materiales buscados, fueron siempre residuos no peligrosos pertenecientes a aserraderos, textiles, envasadora de yerba y té, fabricantes de escobas, etc.
Entre las empresas relevadas con mayor ocurrencia, cantidad y variedad de materiales se pueden citar como ejemplo a Las Marías con residuos de empaquetamiento de bolsas de yerba de tipo trilámina y cuartiflex, además de cajas de té y bolsas de polietileno. Por otro lado, Madevir (aserradero), presenta una variedad de residuos derivados de la madera como aserrín, virutas, chips, cortezas de pino, recortes rectangulares de placas, etc., así como también gran cantidad de rollos de cartón derivadas de otras actividades de la empresa.

Vivimos en un modelo de producción que genera más residuos en cada una de sus fases (extracción de materias primas, transporte, fabricación, distribución y consumo) que la cantidad de bienes que produce. (Pérez Gómez, 2010).
La experiencia mundial muestra que la generación de residuos varía no sólo con la cantidad de habitantes, sino también con la incidencia de otros factores como el nivel de vida y poder adquisitivo, los hábitos de consumo, los sistemas productivos, los métodos de embalaje y envasado de bienes y servicios y, en general, los aspectos relacionados con el crecimiento económico de los países. (Pérez Gómez, 2010).
Sin embargo, estos aumentos en las producciones generalmente, no vienen acompañados de sistemas de gestión de esos residuos en ningún aspecto, desde medidas para su reducción o para su reciclaje o reutilización, siendo estos los pilares del desarrollo sostenible. El reciclaje de un material, visto como la modificación física, química o biológica para la obtención de un nuevo producto, no sólo implica un beneficio ambiental, sino también productivo y tecnológico, en vista de la escasez de materia prima que deviene a este modo de utilización de los recursos.
En Argentina como en otros países de Latinoamérica esta situación se debe a la falta de presupuesto invertido en programas de gestión tanto desde los gobiernos o de los municipios, como desde las empresas privadas, siendo sólo aquellas grandes empresas que tienen beneficios en exportación por ejemplo, las que invierten en estas buenas prácticas. Además, se le puede sumar la falta de planificación, la legislación inadecuada y la falta de su cumplimiento, etc., (Acurio,Get al., 1998). Son pocas las provincias argentinas que están en un incipiente progreso en este aspecto y la mayoría lo está realizando a nivel de los residuos sólidos urbanos más que de los industriales. Misiones no se encuentra dentro de este grupo.
Esta deficiencia dentro del sistema es lo que marca la importancia y la necesidad de realizar proyectos con estas características; que tengan por objetivo la identificación de industrias o empresas generadoras de grandes cantidades de materiales residuales y de la utilización de estos residuos para la generación de nuevos materiales. Lo interesante de esto sería la incorporación de este tipo de proyectos, como programas dentro de los sistemas de gestión de las industrias o las empresas generadoras como les corresponde según la legislación vigente.
A través de este proyecto desde el Diseño Industrial, se intenta poner en valor los residuos. Como plantea el Plan Nacional de Valorización de Residuos (PNVR), el residuo no siempre es un desecho a destruir o confinar, sino también un posible recurso a potenciar y recuperar; VALORIZAR los residuos implica optimizar sus características de forma/materia/energía, mediante procesos, hasta hoy conocidos, de reutilización, recuperación y reciclado.

Referencias:
Acurio, G;Rossin. A; Teixeira, P.F; Zepeda,F. Diagnóstico de la situación de manejo de residuos sólidos municipales en América Latina y el Caribe.Segunda Edición. Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud. Serie Ambiental N°18. Septiembre de 1998.
ENGIRSU. Estrategia Nacional para la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos. Ministerio de Salud y Medio Ambiente. Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Argentina, 2005.
Martinez, Javier. Guía para la Gestión Integral de Residuos Peligrosos. Fundamentos. Tomo I. Centro Coordinador del convenio de Basilea para América Latina y el Caribe. Montevideo, Uruguay. 2005.
Mazzeo, Nadia Melisa. Manual para la sensibilización comunitaria y educación ambiental: gestión integral de residuos sólidos urbanos - 1a ed. - San Martín:Inst. Nacional de Tecnología Industrial - INTI, 2012. E-Book.
Pérez Gómez, Jesús. Gestión de Residuos industriales. Edit. Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS). Madrid, 2010.
Plan Nacional de Valoración de Residuos.Ministerio de Desarrollo Social y Medio Ambiente. Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Argentina, 2001.



Nuevas materialidades, reutilización de descartes, y reciclaje en la Industria del Mueble
DI Hernan Fretto

Contrariamente a la tradicional idea de materialidad del mobiliario, donde la madera natural reinaba siendo acompañada de otros materiales complementarios como cueros, telas, vidrio, y metales, el mobiliario actual ofrece una amplia variedad de materiales en su mayoría aleados o compuestos.
Materiales compuestos en base a madera aglomerada como los PB (Particle Board),  MDF (Medium Density Fibreboard), HDF (High Density Fibreboard), OSB (Oriented Strand Board) , Multilaminados, distintos tipos Polímeros  Termoplásticos o Termoestables de diversas formulaciones o compuestos, aleaciones metálicas ferrosas y no ferrosas, cueros naturales y sintéticos, textiles tradicionales y técnicos, vidrios monolíticos o laminados, forman parte del  repertorio de materiales que actualmente son usados tanto o aún más que la madera natural en el mobiliario contemporáneo.
Esta variedad de materiales suele tener en la industria resuelta en gran parte su recuperación  de descartes a partir de 2 grandes caminos que son:
La reutilización inteligente de materiales sobrantes en la fabricación de otros productos, optimizando el aprovechamiento y minimizando el desperdicio.
El reproceso o reciclaje industrializado, donde los descartes pasan a incorporarse nuevamente a nuevos materiales a través de procesos químicos y mecánicos.

La reutilización inteligente de descartes de materiales por lo general se traduce en un criterio de máximo aprovechamiento de recortes y sobrantes para la fabricación de productos o pieza parte más pequeñas. Esta alternativa de aprovechamiento optimizado y mínimos desperdicios requiere inversiones abismalmente inferiores en tecnología, infraestructura productiva y logística que el proceso industrializado de reciclaje. Históricamente la lógica de aprovechamiento inteligente podemos encontrarla desde el aprovechamiento de partes en la industria ganadera, maderera, textil, etc , donde la expresión popular afirma “nada se desperdicia”.
El reproceso o reciclaje de materiales ha tenido un gran desarrollo principalmente desde la década de 1990 impulsado por la creciente preocupación medioambiental a nivel mundial, pero requiere por lo general para su puesta en marcha altas inversiones en tecnología, infraestructura productiva, y logística. Estos procesos posibilitan la producción de materiales donde distintos porcentajes de los mismos resultan procedentes de la recuperación de descartes productivos o de productos que han finalizado su ciclo de vida.
El concepto de reciclaje podemos encontrarlo desde la existencia misma de la metalurgia y de la fabricación del vidrio.
En los materiales poliméricos reforzados el proceso de reciclaje puede volverse un poco más complejo, pasando los descartes tras reprocesarse a constituirse como carga nuevamente dentro del grupo de los polímeros reforzados.
Con la misma lógica del reciclaje de polímeros reforzados viene ganando terreno en la industria el reciclaje de distintos materiales de descarte, donde conceptualmente pasa a ser carga de nuevos materiales compuestos. Esta forma de reciclaje demanda  también una inversión considerable en infraestructura tecnológica para tal fin, pero a diferencia del reciclaje convencional propicia un alto grado de innovación en la concepción de este nuevo material compuesto resultante.
La industria del mueble contemporáneo mundial está siendo participe del uso de materiales tanto tradicionales como así también de última tecnología, donde el manejo inteligente de los descartes hace posible la existencia de nuevos materiales con propiedades físicas, mecánicas, y perceptivas hasta hoy inexistentes.
La tendencia mundial a la innovación en materialidad impulsada por la necesidad de aprovechamiento de los descartes a través del reproceso o reciclaje promueve a partir de la innovación material la innovación semántica y funcional en la industria del mueble.
Asimismo otras industrias como la del transporte son demandantes permanentes de nuevos materiales técnicos y reciclables, en la búsqueda permanente de mejorar las cualidades funcionales y expresivas de los vehículos, su productividad, y de reducir el impacto ambiental en la producción.
Es imprescindible entender localmente el valor de la innovación material a través del reciclaje como una de las bases para el desarrollo de nuestra industria. Dicho entendimiento  deberá propiciar la investigación, experimentación, desarrollo de tecnologías para la producción, e inversión en infraestructuras productivas para estos nuevos materiales.


Residuos de la industria de la Yerba Mate – Descartes de envases laminados
Ing. Lucas Crotti
              
La elaboración y envasado de Yerba Mate es una de las industrias más importantes de la provincia de Misiones. El producto se presenta generalmente en envases de 500 g y de 1Kg (que representan el 93% de la producción, INYM, 2014), aunque existen otros formatos, mucho menos utilizados.

La composición de este envase responde a las características del producto, que si bien es de baja humedad y poco contenido proteico, y por lo tanto poco susceptible a su descomposición bacteriana, puede aumentar rápidamente su humedad en medios ambientes poco propicios (lo que suele suceder en depósitos de almacenamiento).
Como consecuencia, se produce un rápido crecimiento de hongos y levaduras, que proporcionan un sabor desagradable al producto (que en la región se denomina “mofado”) el cual es percibido por el consumidor como una reducción de la calidad sensorial del producto (Surkan et al., 2004) . Asimismo, esta característica higroscópica del producto lo hace susceptible a la contaminación con aromas extraños (insecticidas, productos de limpieza, jugos en polvo, entre otros).
Para mantener la calidad del producto hasta la llegada al consumidor, la mayoría de las industrias destacadas adoptaron la estrategia de utilizar envases con una estructura de papel, laminadas con una o más capas de polietileno, polipropileno, poliéster o aluminio en algunos casos, incluso la tendencia es aumentar la producción del producto, en algunos casos con hasta cuatro láminas.
Algunas marcas mantienen un envase basado en papel, pero en un mercado que dominan las grandes empresas (Los tres molinos más importantes comercializan el 50% de la producción -SAGPyA, 2005- y el 80% de la comercialización se concentra en diez empresas líderes – Gortari 2007:334- sobre un total de 118 molinos de yerba mate), no representan una porción significativa.
Ramallo y Albani (2003) analizaron muestras de yerba mate acondicionadas en diferentes embalajes (A:BOPP – popipropileno biorientado-/tinta/adhesivo/papel kbm 85g;  B:Poliéster/tinta/adhesivo/polietileno,40g/papel kbm, 50g; C:tinta/papel kbm 80g). Sometidas a un ambiente de 90% de humedad y 40ºC, en los envases laminados la humedad crítica (9,5%) se alcanzó en 35 días aproximadamente, contra solamente 7 días en la versión de papel.
Sin embargo, pese a todas sus ventajas en cuanto a la calidad del producto, este tipo de envases presenta un problema en cuanto a su reciclado, ya que no existen métodos desarrollados en escala comercial para separar las láminas del papel, debido a que no es posible su aprovechamiento íntegro.
Existen proyectos en etapa de planta piloto para el aprovechamiento de estos descartes, utilizando Pirólisis inducida por microondas, obteniendo trozos de aluminio (en caso de que el envase los contenga) e hidrocarburos en forma de gas y líquido, para la producción de energía.
Además, algunas empresas comenzaron a ofrecer envases “ecológicos” que pueden ser reciclados, pero que todavía no representan una alternativa económica a los envases multilaminados
En particular, las empresas se inclinan cada vez más, por razones económicas y productivas, a la utilización de máquinas envasadoras que “arman” el paquete, utilizando bobinas impresas.
Como consecuencia, el proceso de armado del paquete en la máquina culmina en un paquete terminado, pero al que se le deben hacer recortes en ambos extremos para darle la presentación final. Estos recortes representan aproximadamente 1,5 g en paquetes de medio kilogramo y de 2g en los paquetes de 1kg de yerba mate.

Tabla 1: Yerba Mate a salida de molino – Mercado Interno - Histórico     

Teniendo en cuenta un mercado de aproximadamente 256.000.000 de kilogramos de yerba mate envasada al año, que en un 58% son envases de medio kilogramo y un 35% envases de un kilogramo, podemos realizar una estimación de los residuos generados solamente dentro de la industria, sin considerar el descarte de los envases una vez utilizados por el consumidor.
Solamente de los recortes generados por la máquinas envasadoras, tendríamos entre 200.000 y 300.000 kilogramos de residuos anuales generados por la industria yerbatera, la mayor parte dentro de la región. A esto deberíamos sumar los residuos obtenidos en las empresas que fabrican estas bobinas, entre las que se encuentran dos en territorio misionero, Envasando y Envases Misioneros.

Referencias:
Gortari, Javier: “La yerba mate: un rito guarani de proyección universal” en J. Gortari  (comp.) De la tierra sin mal al tractorazo. Hacia una economía política de la yerba mate. Posadas, Editorial Universitaria de Misiones
INYM, Informe del sector yerbatero, Diciembre 2014
Ramallo, Laura; Albani, Oscar; Ganancia de humedad en yerba mate envasada. Predicción y determinación experimental. Anales del II Congreso Sud-americano de la Yerba Mate, Chapecó, SC, 2003.
SAGPyA (2005) Misiones. Economía de la producción primaria y agroindustrial. Buenos Aires
Surkan, Sergio; Albani, Oscar; Ramallo, Laura (2004) Pérdida de calidad sensorial durante el almacenamiento de la yerba mate. Congreso Internacional de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Córdoba, Argentina. Sección productos frutihortícolas, Trabajo Nº 74     
 Recycling of laminated packaging- Project Report – Project MDP037 – Septiembre 2011. Disponible en www.wrap.org.uk/sites/wrap/Recycling%20of%20laminated%20packaging.pdf


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